Disparidad cubierta

Se supone que somos feministas, que atentamos contra la disparidad y maltratos severos contra las mujeres en todas las épocas, pero aún en pleno apogeo de las sociedades igualitarias, seguimos siendo machistas sin clases.

Veo como en redes sociales publicas tus descontentos sociales o lo muy feminista que te sientes, les ruegas a tus amigas que nunca se dejen amedrentar, que no tengan miedo, que “funen” a sus acosadores sacando fuerzas desde lo más profundo para seguir adelante y sobrellevar la vida sin ningún miedo. “FEARLESS” total.

Pero cuando las cosas suceden a dos metros de ti, todo el discurso se cae en medio de la habitación sin ningún particular, sigues normalizando las conductas machistas y el status de la mujer; porque una mujer no puede ser libre, pero puedes tararear “el violador eres tú” porque una mujer no puede ser plena sexualmente, pero publicas “todes somos libres”, porque una mujer que tiene hijos se debe en completo a ellos, pero predicas igualdad parental.

Porque el feminismo es algo que no se dice o se publica, es algo que se actúa en el día a día. Si ni las mujeres pueden ser feministas que queda para el resto…

Nunca ha sido fácil ser una mujer, NUNCA ha sido fácil y nunca lo será, porque, aunque la sociedad cambie su forma de pensar y la libertad sea la bandera de las luchas colectivas; en las pequeñas luchas del día a día seguirá ganando el MACHISMO, seguirá siendo cabecera de mesa en desmedro que son esas pequeñas luchas que hacen una grande para una mujer.

Estoy podrida de justificar mi trabajo, estoy podrida que la gente me juzgue por el rol de madre que tengo, estoy podrida que nos miren como putas por ser libres, estoy podrida que me digan que el papá de mi hijo me “ayuda” con las labores de padre, estoy podrida que la gente no acepte que no quiero hijos, estoy podrida que me pregunten porque no me quiero casar, estoy podrida de ganar menos que un hombre en el mismo cargo, estoy podrida que juzguen la virginidad, estoy PO DRI DA de que nos traten de AMOLDAR a lo inamovible.

Estoy podrida que digas que eres feminista y sigas juzgandome y justificándole.