Mafias Laborales
En Chile siempre se ha hablado del "pituto", es casi parte de nuestro emblema patrio. Por la razón, la fuerza o por el pituto. Es increíble donde puedes llegar solo por nacer en una determinada familia o tener una buena red de contactos. La meritocracia jamás existió, es un mito que nos hacen creer las grandes fuerzas del país poniendo de vez en cuando a un tal Perez o Tapia de gerente general en una empresa picante de paseo ahumada.
A veces quisiera creer que puedo crecer y desarrollarme en una empresa, luego recuerdo que todos los que trabajan aquí son amigos, primos y cuñados y se me pasa.
Nadie dice que el sobrino del gerente comercial no pueda hacer bien el trabajo, pero... es necesario hacer el show de que "primera vez que nos vemos". Por ejemplo, en mi empresa cada vez que llega un nuevo gerente comercial, tiembla todas las áreas, como buena empresa familiar, todo se hace como las pelotas, antes de despedir a alguien ya tienen trabajando a su reemplazo hace dos semanas, despiden a gente con licencia, y le hacen la vida imposible para que el buen samaritano termine renunciado y no pagarle ni uno. No hay buen trabajador que se salve, a los cambios gerenciales, sobre todo aquellos que tienen una carga familiar importante con muchos favores que pagar, hablo de las familias de este país que se casan jóvenes, tienen muchos hijos y las mujeres valen menos que una nana.
Ese tipo de personajes se lleva hasta el amigo del vecino de una amiga de mi prima a trabajar con ellos, son como pequeñas pirañas que arrasan con todas las empresas de este país, sobre todo en algunos rubros. Que puedo decir de aquellos que vienen de ciudades más pequeñas cercanas a Santiago, al parecer se cuidan todos contra todos, es absurdamente gracioso ver como finalmente todos eran vecinos e iban al mismo colegio.
En la universidad deberían explicarte esto, decirte, querido estudiante, no importa que hayas sido el mejor de la clase, que seas extremadamente brillante, que cuando llegues a una empresa seas el primero en llegar y el último en irte y sobretodo no importa si eres bueno en lo que hacer, mientras no seas amigo, primo, esposo etc. de alguien importante, vales menos que nada. Y la verdad, no es una crítica social, es una puta realidad de la que ya estoy harta, de la cual no importa lo mucho que luches, si no naciste en la parte correcta del mapa ya has perdido.
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