Salto Cuántico
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Reconozco algunos trozos de esta cita, los reconozco y los reconecto y por fin encuentro el sentido. No es culpa de nadie, solo es y no es a la vez. No hay medios entendidos no hay palabras inciertas solo hay vacío y espacio.
Así como existe la materia, existe su antónima, y juegas constantemente el rol de cada una en un incesante estreno en tres partes. Los personajes cambian, los actores son los mismos, el acto uno y dos nos dejan con ansias en el tercero, pero bien sabemos que tal vez nunca exista.
No hay culpa, ni remordimiento, sin existencia, el tiempo juega un rol muy poco importante cuando el sentir es mutuo, pero es relativamente esencial cuando la balanza no es pareja ni justa.
Me enfrento constantemente ante dos caminos que se abren separadamente, desigualitariamente llevándome al camino del sufrimiento de igual forma. Quisiera divagar en otros pensamientos de vez en cuando, pero estos me encuentran y me alimentan constantemente, llenándome de ese miedo y de esa soledad que siempre he sentido.
Creo en lo profundo, en lo eterno y en aquello que deja huella, pero solo lo he leído en las historias que me cuentas y que cada vez que las escucho me dejan insatisfecha, desde el primer día.
Soy un puente a otro sitio, conectándote con el pasado y el futuro que no quieres.
Me reservo en lo insufrible, y me engaño creyendo escuchar entre gemidos aquellas palabras que, ciertamente no llegaran nunca. Obviamente soy una total desconocida en tus brazos, y estos me aprietan, pero no me abrazan, se abalanzan pero no acarician, y me asfixian pero sin mirarme.
Convirtiéndome sola en una pequeña parte de algo, o de nada en realidad, me hago parte de un selecto desdén de incertidumbre y revelaciones que siempre estuvieron ahí, hoy son claras las intenciones que por fin me entregan un veredicto.
Así de la nada ya lo comprendo, nunca lo sentirás.
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