Pensamiento
Me miras en mis pensamientos y viajo despierta a los múltiples universos que acompañan las múltiples realidades que nos otorgo; así sin más, como un acto humillante de encontrar la felicidad de quién no es más que un recuerdo lejano de una posibilidad distante, me embarco a ese recuerdo tuyo y lo transformo hasta reducirlo en pequeños fragmentos que se unan en una historia.
Ya solo me quedan algunos detalles de tus ideas, me queda un atisbo de tu existencia, uno que otro recuerdo del pasado cercano y un par de detalles de tu semblante; eso me basta para reconstruirte en un segundo de silencio, y vuelves a todo color como yo hubiese querido que estuvieras.
Es irritante pensar que solo yo pienso en aquellos momentos y que tu ni siquiera los recuerdes, que solo yo me descarne al pensamiento diario de tu inexistencia y que sea solo un recuerdo vago dentro de millones de recuerdos.
Eso supongo, pero no lo quiero esperar, y me irrita, me distrae y me predispone a seguir mi camino hacia la estupidez mental máxima.
No logro sobrepasarte y me acompañas en los deseos más profundos, esos que ni yo puedo confesarme.
Me distraes de lo importante, y busco todo el tiempo la forma de no pensarte, pero cuando por fin logro olvidar el peso de tus palabras, te apareces como si realmente hubieses sido algo más de lo poco que fuiste.
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