Etapas


Photo by Jake Hills on Unsplash

Es complicado ser grande, tener responsabilidades, deudas, tarjetas de créditos, amigos y todo lo demás. Todo se complica, se enreda, ya nada vuelve hacer lo mismo, como si pasáramos por una pequeña tormenta llena de "cosas por hacer" que no vimos venir porque era pleno verano. Un día tomas sol en la playa con 40ªc y al otro estás en tu casa viendo la lluvia torrencial que deja a medio Santiago inundado.

Algo así sentí entrando al pabellón ese día; sabía que al salir de ahí mi vida cambiaría para siempre por el resto de mis días, que lo que conocí ya no sería lo mismo desde el momento en que la enfermera intentaba poner por tercera vez la vía en mi brazo. Suponía entonces, y por lo rápido que se fueron dando las cosas, que el resto sería fácil, más que fácil, mejor de lo que ya había vivido meses atrás, pero como siempre pasa en estas cosas, me equivocaba profundamente.

Nunca en la vida imaginé, de verdad, lo difícil que es ser mamá, nunca, ni en las peores posiciones lo imaginé; qué es lo peor que podría pasar, pensaba, pero todo lo peor puede pasar y pasar y pasar y volver a pasar nuevamente. A veces miro a niños teniendo hijos, a personas en la calle teniendo hijos, a gente realmente idiota teniendo hijos y digo, cómo yo no voy a poder, pero a veces siento que no puedo. No sé si tiene que ver, pero creo que entre mayor es la ignorancia mejores son los padres. Tal vez porque su mente no ha sido contaminada con el conocimiento, el miedo y la consecuencia, o con las teorías de crianza o la delicadeza. Básicamente entre más tienes, más pierdes.

Luego de salir del pabellón y conocer a mi hijo, el tiempo y el espacio se tornaron bastante relativos, días y noches parecían un poco lo mismo, solo cambiaba el número de sujetos en la habitación. El dolor de la cirugía fue catastrófico, solo he sentido dolores emocionales más grandes que cuando me tuve que parar por primera vez cortada casi a la mitad. Me sentía completamente perturbada, no tanto por el dolor o el cansancio, o porque en verdad no sabía qué había pasado realmente, más bien por lo poco emotiva que había sido la situación en sí, todo el mundo lo describe como "amor a primera vista", pero hasta ese momento no sentía tal cosa. Sí quería a ese pequeño ser humano que salió de mi, pero ¿realmente fue amor a primera vista?, para mi fue más bien como un "te quiero pequeño ser", pero no fue hasta un par de semanas más tarde que sentí amor real. A veces creo que las personas mienten sobre ese momento, tal vez porque te sientes mala madre si no lo dices o no lo sientes.

En definitiva, mi vida cambió ese día, el sueño y el cansancio pasaron a tener otro significado, dormir tres horas seguidas son el paraíso hoy en día, pero no es solamente el cansancio el que te pone a prueba, es tu capacidad de adaptación a un nuevo ambiente en el que ya no dependes de ti mismo y eres para ti solo, sino más bien le perteneces a alguien y ese alguien depende 100% de lo que tú puedas darle. Es un cambio esquizofrénico, siento que deberíamos tener ayuda sicológica en todo ese proceso, pero eh ahí mi conflicto y la tesis que propongo, cómo es que en cientos de años las personas crían a otras personas y no han necesito un doctorado para hacerlo. Y es ahí cuando insisto en que la ignorancia es la madre de las virtudes.

Sigo intentado cada día evolucionar más al nuevo medio ambiente, y entre más lo intento, siento que menos cerca estoy de lograrlo, a veces creo que es como cuando intentas salir del mar a la playa, entre más te esfuerces menos lo logras, solo debes dejar que la corriente superior te extraiga, más que mal tenemos instintos, de algo deben servir.


Comentarios

Entradas populares